Una excursión al centro neurálgico y estratégico de la
Ribera del Duero
Aranda del Duero sigue siendo un cruce vital de caminos
entre las dos Castillas y aunque sus cuevas bodegas ya no están en uso, sigue
guardando celosamente su tradición enológica y gastronómica.
Las bodegas de Aranda
del Duero subterráneas ocupan cerca de 7 km. de galerías debajo del pueblo,
el gran centro vitivinícola de la zona desde
la Edad Media. Declaradas bien de
interés cultural, fueron diseñadas para
que el vino depositado en ellas no experimentara cambios de temperatura ni
vibraciones. Y estas bodegas duraron hasta hace unos cuarenta años. Hoy en día
hay más de 250 bodegas en Aranda y hay
grandes diferencias en los procesos del vino.